La industria minera ha experimentado numerosos avances tecnológicos en los últimos años. Una de las principales áreas de progreso ha sido la automatización y la robótica, con el uso cada vez más común de vehículos aéreos no tripulados (UAV) y camiones autónomos. Estos avances han permitido aumentar la eficiencia de las operaciones, así como mejorar la seguridad de los trabajadores al reducir su exposición a condiciones peligrosas. Además, el uso de la automatización ha permitido una extracción más precisa y eficiente de los minerales, reduciendo los residuos y aumentando la producción global.
Otra área de avance ha sido el análisis y la gestión de datos. El uso de sensores, macrodatos e inteligencia artificial ha permitido la supervisión en tiempo real de las operaciones mineras, así como la capacidad de optimizar los procesos y tomar decisiones mejor informadas. Esto no solo ha aumentado la eficiencia, sino que también ha reducido el impacto de la minería en el medio ambiente al reducir los residuos y mejorar la gestión de los recursos.
El desarrollo de nuevos métodos de extracción, como la biominería y la lixiviación in situ, también ha sido un área clave de progreso en los últimos años. La biominería consiste en utilizar microorganismos para extraer minerales de la mena, lo que reduce la necesidad de productos químicos y permite un proceso de extracción más sostenible. La lixiviación in situ, por su parte, permite extraer minerales de la mena in situ, reduciendo la necesidad de excavación física y minimizando el impacto sobre el medio ambiente.
Por último, el uso de fuentes de energía renovables en las operaciones mineras ha sido una tendencia creciente. La incorporación de la energía solar y eólica a las operaciones mineras no sólo ha reducido la huella de carbono de la industria, sino que también ha mejorado la fiabilidad del suministro energético y ha reducido los costes de explotación. La adopción de estas tecnologías ha permitido a la industria minera avanzar hacia un futuro más sostenible sin dejar de satisfacer las demandas de la economía mundial.